jueves, 9 de mayo de 2013

HUSAR POLACO ALADO


HUSAR POLACO ALADO
Originarias de la antigua Serbia, estas bandas de forajidos que vivían del saqueo (posiblemente su nombre provenga del término eslavo «gussar». que quiere decir bandido), entraron como mercenarios al servicio de Polonia hacia el año 1500. Con el correr de los siglos la forma de combatir de los husares, así como sus trajes y equipos, sufrieron cambios importantes acordes con la evolución que estas tropas experimentaron dentro del campo de batalla, pasando de simple caballería ligera a un papel más preponderante como caballeros pertrechados de lanza y armadura.
El siglo XVII supuso su época de máximo esplendor, especialmente durante las guerras turco-polacas, en donde se vio acrecentada su leyenda gracias a hechos como la liberación de Viena en 1683.
La figura representa a un husar alado de esa época con su montura y equipo completo. Por su gran calidad e impresionante apariencia, está considerada una pieza clásica dentro del miniaturismo.
Pertenece a la firma Britannica Almond Sculptures (ref. AS/A6 «Mounted Polish Winged4 Hussar 1683), está fundida en metal y su escala es de 90 mm.
PINTURA
La preparación y montaje cíe las diversas piezas no entraña grandes dificultades y solamente cabe señalar que la lanza se ha retocado levemente para darle una forma más redondeada sobre la empuñadura.
Empezaremos pintando las piezas de armadura, para lo cual emplearemos esmaltes metálicos de Tamiya. El casco, la coraza y las protecciones de los brazos llevan como base una mezcla de Gun Metal X-10 y Chrome Silver X- 11, que oscureceremos con lavados de negro. Después sacaremos luces aplicando el Chrome Silver a pincel seco.
Como base para el faldón escamado usaremos el Gun Metal que, una vez oscurecido resaltaremos con Flat Aluminium XF-16.
La piel de leopardo es uno de los principales atractivos de la figura: por eso se estudiaron un buen montón de fotografías de este animal a fin de determinar sus colores, la disposición de las manchas y varios detalles más. Para obtener el color base mezclaremos marrón amarillo a-85 amarillo cadmio dorado c-22 y un poco de siena tostada a-01, todos de Vallejo Film-Color. Aclararemos el color con beige b-17 aplicando las primeras subidas de forma general.
Las últimas luces se harán a pequeños golpes de pincel, procurando imitar el pelo del animal. Después pintaremos los bordes de la piel en blanco de forma que la unión con el amarillo quede lo más difuminada posible.
Las manchas las haremos pintando primero el fondo de marrón claro a- 83 y contorneándolo luego con una mezcla de marrón café y negro. Hay tener en cuenta que el tamaño de las manchas va disminuyendo a medida que éstas se aproximan a las
patas, la cola y la cabeza. Para finaliza sombrearemos ligeramente con el siena tostada.
Otro elemento interesante son las que dan título a estos soldados. Su verdadera utilidad continúa siendo un misterio. Las teorías que se barajan son para todos los gustos desde representar una defensa contra los cortes de espada hasta ser un recuerdo llevado por los veteranos de la guerra contra los turcos o un intento de dar aspecto de ángel a su portador. Sin embargo, parece que los verdaderos motivos apuntan hacia su empleo como un adorno más que aumentara su esplendor, o que se utilizara como medio para asustar a los caballos del enemigo.
Pintaremos las plumas de marrón café, sacándole luces con un pincel seco suave de marrón dorado a-86. Después de pintar la parte blanca, perfilaremos el conjunto con negro. Los soportes van en rojo cadmio c-42 aclarado con bermellón cadmio c-4 1.
La mezcla para el color base del caballo se obtiene con marrón amarillo de Vallejo más siena tostada 411 y marrón oscuro 402 de Decorfin al que añadiremos progresivamente blanco, también de Decorfin, para hacer las subidas de luz: el sombreado lo realizaremos con marrón oscuro.
Tanto la manta como las pistoleras llevan unos flecos y galones en hilo de oro. Conocer el sistema para imitar este tejido convincentemente puede resultar interesante para muchos de vosotros.
En primer lugar tomamos como base un color ocre, como por ejemplo el marrón amarillo. Tras aclararlo con blanco procederemos a hacer pequeños dibujos que imiten el característico entramado de este material, y para dar mayor fuerza aún al efecto, perfilaremos los anteriores dibujos con marrón café o siena tostada. Cuando esto haya secado bien, le daremos unos lavados con pintura acrílica dorada procurando que el pigmento que de muy diluido para evitar que tape el trabajo anterior. Los acrílicos más recomendables para este apartado son el nacarado oro de Vallejo y los que comercializan en tubo Windsor & Newton o Hyplar.
Se ha procurado explicar solamente los procesos más interesantes o novedosos, con el fin de no repetir nos en cada articulo, La elección de gran parte de los colores y detalles debe quedar sujeta al criterio individual del pintor, logrando así que cada figura resulte diferente y tenga un estilo personal.



























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